Además de las transformaciones corporales sorprendentes, una cosa que oímos con frecuencia de las mujeres que aparecen en nuestras historias de éxito de pérdida de peso es que sus dietas nuevas y sanas las hacen sentir como si estuvieran pasando por una abstinencia, o como si se estuvieran «desintoxicando» cuando las comienzan.
Aunque sabemos que el cambio de hábitos alimenticios no es fácil, nos preguntamos si es posible desintoxicarse de azúcares, grasas y alimentos procesados al igual que se haría con la cafeína o nicotina.
La verdadera abstinencia (como la que se experimenta después de dejar de consumir una sustancia adictiva) y los antojos son dos cosas diferentes. Una de ellas es fisiológica, mientras que la otra es psicológica; esta última es con la que la mayoría de nosotras lidiamos cada día mientras bajamos de peso.
La misma idea se aplica con la sal. Si está acostumbrada a un cierto nivel de sal y la reduce drásticamente, su paladar lo notará.
Independientemente de si siente síntomas de desintoxicación por azúcar y grasa, o simplemente echa de menos a las rosquillas, se siente terrible. Para lidiar con esto, se recomienda la búsqueda de cosas que satisfagan esas ansias de falta de calorías o que devuelvan los nutrientes más valiosos, en lugar de dejar los alimentos en su totalidad.
Por ejemplo, si los carbohidratos están en la pasta de trigo entero, acompáñela con camarones a la parrilla y un montón de verduras salteadas. Las frutas con azúcar natural también serán un gran alivio para su gusto por lo dulce.